Historia de mis marielitas
En el año 2000, así como quien despide un siglo y le da la bienvenida al siguiente, sufrí los embates de una meningitis que me mantuvo hospitalizada unos 20 días. El viacrucis acababa de empezar…
Cuando salí del hospital, mi cabeza, que hasta entonces no había dado señales de vida, empezó a reclamar protagonismo y me torturaba con sus quejas. No me dejaba ni dormir, ni estar despierta, ni ayunar, ni comer. El seguimiento lo hizo la doctora Margarita Sánchez, una neuróloga especializada en dolores de cabeza que me pidió llevar un registro detallado del estado de mi cabeza y de sus penas. ¿A qué hora empezaba el dolor?, ¿cómo era?, ¿cuánto duraba?, ¿dónde molestaba más?, ¿cómo y
cuánto había dormido?… Así, 24/7.
Yo, escritora de diarios toda mi vida, no me sentía con mucho ánimo narrativo. Así que se me ocurrió decorar mi calendario con caritas. Unas caritas que apretaban los ojos de dolor, que lloraban de miedo, que se hundían bajo el peso de algún piano de cola, que sonreían felices si habían dormido bien, que cruzaban los dedos si llevaban 10 horas sin sufrir…
Fueron meses de intentos fallidos hasta dar con el tratamiento exacto, de manera que me dio tiempo a dibujar muchas, muchas, ¡muchísimas caritas! En algún momento la doctora y yo empezamos a llamarlas “marielitas”, porque eran muy pequeñas y me representaban.
Mis dolores de cabeza desaparecieron, pero las “marielitas” habían llegado para quedarse. Desde entonces, las uso para todo, tienen vida propia y aparecen en mis libros (en los que escribo y en los que leo), en los mensajes que dejo en la cocina de mi casa, en las listas de la compra, en mis diarios, en las notas que tomo cuando estudio…
Ya no solo me representan, sino que me delatan. Además, son más guapas y más simpáticas que yo. Habrá quien piense que es afán de protagonismo, pero es que tengo contraída una deuda con esos dibujitos, ¡y no puedo cambiarles el nombre!
Las que salen a la luz, las que ustedes conocen, las dibujo con un dedo sobre la pantalla del iPad o del iPhone. ¡Y aquí están ahora! Horondas y presumidas, decorando camisetas y tazas, dando forma a los mensajes más seguidos por ustedes.
Son las primeras y las quiero compartir con ustedes, con mis lectoras, con mi público fiel. Para estrenarnos, las voy a regalar a quienes de forma más original (por escrito o por vídeo) me digan la frase que más les gusta de alguno de mis libros. Pueden hacerlo a través de mi blog o por mis redes sociales.
El resultado lo comunicaré el día 26 de diciembre. ¡No se olviden de indicarme si prefieren camiseta o taza, y cuál es su mensaje favorito!
¡Empieza el concurso ya!
Están disponibles 5 camisetas y 3 tazas de cada mensaje, excepto de las madres imperfectas que solo tengo 1.
Únicamente se podrán hacer envíos en España.