¿Qué es la autoestima disparatada?
Como saben por mis redes sociales, esta semana he participado en la cumbre virtual “Supera tus Relaciones Tóxicas”. Junto a más de 40 expertos de varios continentes hemos explicado paso a paso cómo eliminar patrones de comportamiento tóxico y cómo construir relaciones sentimentales y familiares sanas que nos hagan felices.
Mi conferencia, en concreto, trató sobre la autoestima y cómo gestionarla para poner límites en las relaciones de pareja.
¿Saben ustedes qué es la autoestima disparatada? Es aquella que se cree capaz de soportar y tolerar cualquier sufrimiento en nombre del amor. Se trata de un amor loco que se cree Napoleón, que se cree capaz de ganar todas las batallas, independientemente de quien sea el contrincante; es un amor que está dispuesto a cualquier cosa. Pero como Napoleón, es un amor muy ciego a las limitaciones verdaderas de la vida. Nadie lo puede todo, ni siquiera Napoleón.
Yo me encuentro cada día en mi consulta con mujeres que son capaces de aguantar, soportar, tolerar cosas que en principio serían inaguantables, imperdonables e intolerables. Y, sin embargo, muestran una gran fortaleza diciendo: “Él está pasando un mal momento y yo lo comprendo, él tuvo una infancia difícil y yo lo comprendo, él sufrió mucho en su relación anterior y por eso no se atreve a comprometerse conmigo”. Y así sucesivamente van dando explicaciones a una situación que le hace sufrir.
Se ponen por encima del bien y del mal, y ascienden… La omnipotencia es muy tentadora; ¿quién no querría ser un poquito Dios? Tenemos la falsa ilusión de que si te haces indispensable para el otro, el otro nunca te va a dejar. Pero, piensen ustedes por un momento: ¿Quién necesita a quién?
Y es que a veces se nos prende una vena maternal con nuestra pareja y lo tratamos como si fuera un bebé. Si nos manda un mensaje, respondemos inmediatamente, pero si a él se le olvida contestar o simplemente pasa, nosotros lo comprendemos. Y le acostumbramos a comportarse como un bebé. Lo que hacemos es un trasvase de nuestra capacidad maternal de olvidarnos de nosotras mismas, de entregarnos al cuidado del otro, de estar atentas al más mínimo signo de malestar… Como ven, en esta ocasión, hemos sustituido al bebé por nuestra pareja.
Y, al final, ese comportamiento tiene un precio; el “doy, doy, doy ilimitadamente” no sucede sin consecuencias para ti y para la relación. Yo debería tratar a mi pareja de igual a igual; debería exigir a mi pareja recibir lo mismo que doy.
¿Cuál es el límite? A veces el límite no existe. Otras veces el límite es que te deje tu pareja. Y nos preguntamos: “¿Cómo es posible que me deje si me he entregado en cuerpo y alma al cuidado de este hombre? ¿Qué más podía hacer yo?” Pero la pregunta no debería ser esa, la pregunta debería ser: “¿Qué podía hacer menos? A lo mejor deberías haber hecho menos para que te valorara más y reconociera tu esfuerzo.
Cuando una mujer tiene esta autoestima disparatada es como si alguien estuviera eufórico y empezase a gastar sin ningún límite. En algún momento te arruinas…, en algún momento terminas con la autoestima hecha trizas.
La finalidad de esta conferencia era identificar nuestros patronos de comportamiento para saber qué hacemos mal y cómo podemos transformar nuestras relaciones personales. Pero, ¿y cómo nos recuperamos? Empiecen por reconstruirse con cimientos firmes y sólidos en la realidad. Recuperen la estirpe femenina de la familia, empiecen a reconstruirse desde la estirpe a la que pertenecen. También les recomiendo que reconstruyan su red de amigas, que les devuelva una visión de ustedes mismas con la que puedan reconciliarse.
Recuerden, empiecen primero a ser ustedes mismas y después ya vendrán otras personas.
¡Ánimo porque se puede conseguir!
Hola Mariela, que difícil resulta enderezar y poner en orden esa autoestima cuando en un pasado te han hecho sufrir y tropiezas con alguien en un nuevo capítulo de la vida del amor y a pesar de que comete errores como lo hacemos todos, no sabes como medirlos, porque en vuestras primeras citas cuando el te cuenta sus experiencias pasadas es como si yo hubiera estado mirándome en un espejo el cual me estuviera relatando lo que yo también sufri, somos víctimas? nos merecemos ayudarnos? Que complejo a veces todo.Un saludo Mariela.